El acceso a los sistemas corporativos del SAS se basa en un sistema de credenciales que garantiza la seguridad y la trazabilidad. Cada profesional tiene un identificador único y una contraseña. Ciertas aplicaciones sensibles, como las de historia clínica, pueden requerir métodos de autenticación reforzada, como la tarjeta de identificación profesional o un certificado digital.

El profesional tiene la responsabilidad de seguir unas buenas prácticas de seguridad:

• Mantener la confidencialidad: Nunca se deben compartir las credenciales (usuario y contraseña) ni anotarlas en lugares visibles o de fácil acceso.
• Utilizar contraseñas robustas: Se deben crear contraseñas seguras, combinando diferentes tipos de caracteres, y cambiarlas periódicamente según la política de seguridad del SAS.
• Cerrar la sesión: Es una práctica de seguridad fundamental cerrar siempre la sesión al finalizar la jornada laboral o al dejar de usar un equipo, especialmente si es compartido.

Los administradores del sistema gestionan el ciclo de vida de los permisos: asignan perfiles, revocan accesos ante cambios de puesto y realizan auditorías para verificar el cumplimiento.