El modelo de certificación de la ACSA se basa en estándares de calidad específicos para los diferentes tipos de centros, unidades y profesionales del ámbito sanitario y social. El proceso de certificación es un ciclo de mejora que incluye varias fases: solicitud, autoevaluación por parte de la organización, evaluación externa por un equipo de la ACSA y, finalmente, la resolución.
Durante todo el proceso, la ACSA acompaña a las organizaciones, proporcionando herramientas y recomendaciones. La certificación tiene una vigencia determinada y exige revisiones periódicas, fomentando así la transparencia, la participación y el enfoque en la seguridad del paciente.
En conclusión, un Sistema de Gestión de la Calidad es esencial para que los servicios sanitarios cumplan con los requisitos legales y las expectativas de los usuarios. Mientras la norma ISO 9001 ofrece un marco estructural universal, la ACSA lo complementa con un modelo adaptado al contexto sanitario andaluz. La implicación de todos los profesionales es indispensable para alcanzar un nivel de calidad sostenido y centrado en el paciente.