Para prevenir la disfonía y otros problemas de la voz, es fundamental adoptar una serie de hábitos y técnicas saludables en el día a día.
- Realizar descansos vocales: Permanecer en silencio al menos 15 minutos tras largos periodos de habla.
- Evitar carraspear: Sustituir el carraspeo por pequeños sorbos de agua o gárgaras para aclarar la garganta.
- No agotar el aire: Hablar con un flujo de aire constante para evitar la sensación de ahogo.
- Descansar adecuadamente: La fatiga corporal general se refleja directamente en la calidad de la voz.
- Calentar la voz: Realizar ejercicios suaves como canturrear antes de empezar a trabajar.
- Hidratarse: Beber al menos dos litros de agua al día.
- Evitar irritantes: Moderar el consumo de cafeína y menta.
- Controlar problemas digestivos que puedan causar reflujo.
- Practicar ejercicios de relajación de la musculatura de la garganta.