Una vez analizado el uso del tiempo, el siguiente paso es la planificación de la jornada, que proporciona una visión global y reduce la ansiedad.
Planificación y distribución:
Herramientas como la matriz de Eisenhower ayudan a clasificar las tareas por urgencia e importancia. Se recomienda:
Ejecución y evaluación:
La ejecución exige disciplina y concentración. Es importante respetar el plan, evitar distracciones y enfocarse en una sola tarea a la vez. Al finalizar la jornada, se debe evaluar lo realizado para identificar desvíos y ajustar el plan. Esta evaluación continua favorece la mejora de procesos y la flexibilidad.