La gestión de la calidad no es un objetivo estático, sino un proceso dinámico y constante de perfeccionamiento. El Ciclo de Deming (o PDCA) es un método de cuatro fases que se aplica de forma cíclica para lograr una mejora continua.
- Planificar (Plan): Es la fase inicial donde se detectan las necesidades de los clientes, se definen los objetivos de calidad a alcanzar y se diseñan los procedimientos y estándares para cada etapa del servicio.
- Hacer (Do): Consiste en ejecutar el trabajo exactamente como se ha planificado en la fase anterior, siguiendo los estándares y procedimientos establecidos para garantizar la consistencia.
- Verificar (Check): En esta etapa se usan mecanismos de control para medir los resultados obtenidos y compararlos con los objetivos esperados. El objetivo es identificar y analizar cualquier desviación.
- Actuar (Act): Si se detectan fallos o desviaciones, se proponen e implementan medidas correctoras para solucionar el problema. Una vez corregido, el ciclo vuelve a empezar desde la planificación para seguir mejorando.