La eficacia de cualquier proceso de lavado depende del equilibrio de cuatro factores interrelacionados, conocidos como el Círculo de Sinner. Si se reduce uno de los factores, se debe compensar aumentando uno o más de los otros.
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Acción Química: La acción de los productos (detergentes, blanqueantes, etc.).
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Acción Mecánica: La fricción y el movimiento generados por la rotación del tambor de la lavadora.
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Temperatura: El calor del agua, que acelera las reacciones químicas y ayuda a disolver la suciedad.
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Tiempo: La duración de cada una de las fases del ciclo de lavado.