Una vez finalizada la cirugía, la labor del celador es clave para asegurar la correcta transición del paciente y la preparación del quirófano para la siguiente intervención.
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Traslado del Paciente: Con la autorización del anestesista, ayuda al equipo a mover al paciente de la mesa de operaciones a su cama o camilla, con el mismo cuidado y coordinación que a la entrada.
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Transporte a la Unidad de Destino: Acompañado siempre por personal sanitario (anestesista y/o enfermera), traslada al paciente a su unidad de destino, que habitualmente es la URPA (despertar) o la UCI si requiere cuidados críticos.
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Recogida y Limpieza del Quirófano: Retira la ropa sucia y el instrumental utilizado, transportando este último en contenedores cerrados a la Central de Esterilización (C.E.Y.E.). Colabora en la retirada de mobiliario para facilitar la limpieza y dejar la sala preparada.