La protección del medio ambiente es crucial debido a que los recursos del planeta son limitados. Las actividades humanas generan contaminantes que deterioran el suelo, el agua y la atmósfera, afectando a la biodiversidad y a la salud.
El concepto central es el Desarrollo Sostenible, definido en la Declaración de Río (1992) como "aquel que satisface las necesidades de las generaciones presentes, sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para atender las suyas".
Este concepto engloba tres finalidades clave: