El proceso de motivación comienza con la aparición de una necesidad, que genera un desequilibrio interno. Esto impulsa una conducta dirigida a metas, cuyo resultado produce satisfacción o insatisfacción.
Las estrategias de motivación buscan dirigir la conducta de los trabajadores. Algunas técnicas son:
- Incentivos económicos: Salario, complementos de productividad.
- Participación: Permitir a los trabajadores participar en la toma de decisiones.
- Descentralización y delegación: Otorgar libertad y responsabilidad.
- Utilización de elogios: Reconocimiento del trabajo bien hecho.
- Ampliación y enriquecimiento del trabajo: Asignar tareas más variadas y con mayor responsabilidad para aumentar la autonomía.
- Adecuación: De las personas a las tareas, de las recompensas a las personas y de las recompensas al nivel de ejecución.
- Creación de equipos de trabajo autodirigidos.