La constitución de un equipo de trabajo sigue un proceso de integración con varios factores clave:
- Número de participantes: Se recomiendan grupos reducidos (en torno a 10 personas).
- Participación y consenso: Es preferible un bajo perfil jerárquico para estimular la comunicación.
- Objetivos y reglas establecidas: Deben ser claros, realistas y conocidos por todos.
- Roles y responsabilidades: Cada integrante debe conocer su rol y el de los demás.
- Autoevaluación: Los equipos eficaces son capaces de realizar autocrítica de forma periódica.
Un equipo multidisciplinar está formado por especialistas de diferentes áreas para abordar proyectos complejos (ej. Equipos de Atención Primaria). Su puesta en marcha es un proceso que pasa por varias etapas: inicio, primeras dificultades, acoplamiento, madurez y agotamiento.