Para que un conjunto de personas sea considerado un grupo, deben compartir una decisión voluntaria de conseguir un fin común y tener una personalidad propia distinta a la de sus miembros.
Es crucial diferenciar entre grupo y equipo:
Mientras en un grupo puede haber jerarquía y cada miembro funcionar de forma particular, en un equipo la coordinación es esencial, las jerarquías se diluyen y se establecen estándares comunes de actuación.