El objetivo de la lavandería es proporcionar la ropa necesaria en condiciones higiénicas, estéticas y de conservación adecuadas. Los procesos deben fluir de manera continua y coordinada.
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Recepción y Clasificación: Consiste en la admisión de las prendas sucias. Incluye el pesado y guarda de las bolsas. La clasificación posterior separa la ropa según origen, suciedad, tipo y tratamiento necesario.
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Lavado: Comienza con la introducción de la ropa sucia en la máquina y termina con la salida de la ropa limpia. Requiere un control automatizado de ciclos, dosis de productos y duración.
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Secado: Proceso por el que pasan la mayoría de las prendas, utilizando sistemas automáticos adaptados a cada tipo de tejido.