Este grupo incluye residuos químicos peligrosos generados en la actividad asistencial, que no son citostáticos.
- Medicamentos desechados: Caducados, en mal estado (ej. termolábiles que han perdido la cadena de frío) o restos no administrados.
- Residuos líquidos peligrosos: Como los líquidos de fijador y revelador de radiología, o desinfectantes a base de aldehídos.
- Mercurio: Procedente de la rotura de termómetros o tensiómetros. Su uso está prohibido desde 2009.
- Residuos de laboratorio:
- Disolventes halogenados: Muy tóxicos (ej. Cloroformo).
- Disolventes no halogenados: Inflamables y tóxicos (ej. Metanol, Acetona).
- Disoluciones acuosas: Pueden ser inorgánicas (básicas, con metales pesados) u orgánicas (colorantes, formol).
- Ácidos concentrados (clorhídrico, sulfúrico).
- Reactivos puros obsoletos (sólidos o líquidos).
Si se mezclan residuos de naturaleza infecciosa (Grupo III A) y química (Grupo III B), se gestionarán como ambos, indicando la doble peligrosidad.