La ropa limpia, ya desinfectada, debe ser sometida a la mínima manipulación posible para evitar cualquier tipo de recontaminación. El personal debe tener las manos limpias, usar guantes y evitar el contacto con superficies no estériles.
- Prendas de línea (sábanas): Salen del túnel de lavado y se introducen en la calandra cogiéndolas por los extremos con guantes. Requieren solo un secado ligero, ya que el calor del planchado termina de secarlas.
- Toallas: Necesitan un secado total. Tras salir de la secadora, se doblan manual o mecánicamente y se empaquetan.
- Prendas de forma (uniformes): Se colocan en perchas individuales y se introducen en un túnel de secado. Posteriormente, pueden requerir un repaso con plancha.
Es crucial aplicar la temperatura de planchado adecuada a cada tejido: 200 °C para algodón y lino, 150 °C para lana y poliéster, y 110 °C para seda o rayón. Tejidos como los elásticos no se pueden planchar.