Para conseguir una dieta sana y equilibrada no basta con diseñar un menú adecuado, sino que hay que tener en cuenta dos factores esenciales: la variedad y la rotación.
- Variedad: Consiste en el consumo de diferentes alimentos de un mismo grupo. Por ejemplo, no comer siempre el mismo tipo de verdura o de pescado. Aunque los alimentos de un grupo aportan nutrientes similares, no todos contienen exactamente los mismos ni en la misma cantidad.
- Rotación: Es la alternancia en el tiempo de la variedad de alimentos que componen la dieta. Se busca no repetir preparaciones para evitar la monotonía y cubrir todos los aspectos nutricionales. Para diseñar un plan de un mes, por ejemplo:
- Se confeccionan menús variados para cada día de la primera semana.
- Se repite la acción para las siguientes semanas, asegurando que no se repitan platos y que los alimentos de un mismo grupo roten a lo largo de los días y de la semana.