Existen múltiples dietas diseñadas para patologías o condiciones muy específicas, que eliminan o restringen ciertos componentes de forma estricta.
- Dieta exenta de lactosa: Para pacientes con intolerancia a la lactosa, elimina todos los lácteos y derivados.
- Dieta exenta de gluten: Para celíacos, elimina trigo, centeno, cebada y, a veces, avena.
- Dieta pobre en purinas: Para pacientes con hiperuricemia (gota), restringe vísceras, legumbres y extractos cárnicos.
- Dieta pobre en oxalatos: Para pacientes con cálculos de oxalato cálcico, excluye zumos, cacao, espinacas, etc.
- Dieta para inmunocomprometidos: Excluye todos los alimentos crudos (frutas, ensaladas) por el riesgo de contaminación microbiológica.
- Dietas ricas o pobres en residuos (fibra): Se ajusta el aporte de fibra según la patología (intestino corto, Crohn).