La Cocina Hospitalaria Centralizada es un modelo de organización donde todas las etapas de producción (recepción, preparación, cocción, emplatado y distribución) se realizan en un único lugar, aunque sea para dar servicio a varios centros. Este modelo se opone al descentralizado, donde la comida se llevaba en marmitas a los "offices" de planta para ser emplatada allí.
Las principales ventajas de la centralización son:
- Máxima higiene: La manipulación se realiza exclusivamente en la cocina, un entorno controlado y especializado. Al salir ya emplatada en bandejas cerradas, se reduce el riesgo de contaminación.
- Mejor presentación: El emplatado se realiza por personal cualificado en la propia cocina, lo que permite un acabado más atractivo y profesional.
- Temperatura idónea de la comida: La comida se emplata recién hecha a la temperatura adecuada. El uso de carros y bandejas isotérmicos ayuda a mantenerla hasta su consumo.
- Menor desperdicio de alimentos: Al emplatar en la cocina central, se ajusta el número de raciones de forma precisa, evitando el reparto excesivo de comida a las plantas, lo que reduce las sobras.