El manipulador de alimentos debe seguir unas normas de higiene personal estrictas:
- Aseo personal: Ducha diaria, uñas cortas y limpias, y no llevar joyas (anillos, pulseras, relojes) que acumulan suciedad.
- Indumentaria: Ropa de trabajo limpia, de color claro y de uso exclusivo. Pelo recogido bajo un gorro o redecilla.
- Prácticas prohibidas: Fumar, comer, toser o estornudar sobre los alimentos.
- Salud: Cualquier herida debe cubrirse con un apósito impermeable. Si se padece una enfermedad de transmisión alimentaria (ej. gastroenteritis), se debe comunicar al responsable y apartarse del puesto.
El marco legal vigente, basado en el Reglamento (CE) 852/2004, eliminó el antiguo "carné de manipulador". Ahora, la responsabilidad de la formación recae en la empresa, que debe garantizar que sus trabajadores reciben una formación adecuada, continua y específica para su puesto.