La alimentación en un hospital es un pilar fundamental del tratamiento y la recuperación del paciente. Los pacientes son considerados una "clientela cautiva", ya que no pueden elegir qué comer y su estado de salud los hace especialmente vulnerables. Una nutrición inadecuada puede provocar desnutrición, aumentar el riesgo de infecciones y alargar la estancia hospitalaria.

El concepto de alimentación hospitalaria ha evolucionado significativamente:

• Enfoque Tradicional: Se centraba únicamente en los aspectos nutricionales, resultando en dietas estrictas, poco variadas y con una presentación, sabor y olor poco atractivos.
• Enfoque Moderno: Hoy se entiende que la dieta no solo debe ser nutricionalmente correcta, sino también apetecible y agradable. Se considera que una buena comida influye positivamente en el estado físico, mental y social del paciente, en línea con la definición de salud de la OMS.

El objetivo actual es que la comida sea suficiente, inocua (segura) y equilibrada, convirtiéndose en una herramienta terapéutica que complementa los tratamientos médicos.