El trabajo en equipo fomenta la participación, mejora las relaciones y aumenta la productividad. Requiere la figura de un líder, rol que debe asumir el mando intermedio.
La motivación se puede entender a través de la Pirámide de Maslow, que jerarquiza las necesidades humanas: fisiológicas, de seguridad, sociales, de estima y de autorrealización. Para motivar a una persona, es necesario tener cubiertas sus necesidades del nivel inferior.
El Liderazgo Situacional propone que un buen líder debe adaptar su estilo a la madurez del equipo. Combinando la conducta de tarea (dirigir) y la de relación (apoyar), surgen cuatro estilos: