La organización del trabajo es fundamental para alcanzar los objetivos de un servicio y se divide en dos vertientes:
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Organización Formal: Es la estructura oficial y planificada por la dirección. En ella, la comunicación sigue tres direcciones claras:
- Descendente: De jefes a subordinados (órdenes, directrices).
- Ascendente: De subordinados a jefes (propuestas, solicitudes).
- Horizontal: Entre personal del mismo nivel para agilizar procesos.
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Organización Informal: Son las relaciones que surgen de manera espontánea entre los miembros del equipo. Aunque favorece el clima social, puede ser un canal de rumores que el mando debe gestionar y aclarar a través de la comunicación formal.